[FF Harry Potter] La Selección [One-Shot]

Año 1979
–Ashley Anderson– llamó la profesora McGonagall.
Ashley avanzó y se sentó en el taburete para luego ponerse el sombrero seleccionador. Tenía el corazón en un puño. Su madre y toda su familia materna habían ido a Slytherin. ¿Acabaría ahí también?
“Ah… una sangre pura…” dijo una voz en su cabeza. “Y, por lo que veo, toda tu familia ha estado en Slytherin. Veo su astucia en ti pero también valor.”
Ashley permaneció en silencio. Y también el sombrero. El tiempo pasó sin que ninguno de los dos dijese absolutamente nada. La morena empezaba a impacientarse. ¿A qué venía ese silencio? No podía ser tan difícil decir un nombre, ¿no?
“No me importa cuál pero di una casa ya” pensó Ashley, empezando a cabrearse.
“Bien, bien” la voz pareció suspirar. – ¡Gryffindor! –
Ashley sonrió y dejó el sombrero en el taburete para luego ir a sentarse en un hueco libre en la mesa.

–Gary Anderson– llamó la profesora McGonagall.
Gary se sobresaltó, habiendo estado demasiado atento de lo que su hermana hacía. Avanzó con el corazón latiéndole a mil por hora y se sentó en el taburete, poniéndose el sombrero en la cabeza. Cerró con fuerza los ojos y deseó con fuerza que el sombrero le pusiese en Gryffindor.
“Otro Anderson, ¿eh?” Gary oyó una voz en la cabeza pero casi la ignoró. “Detecto inteligencia en ti.”
“Ponme en Gryffindor” siguió pensando Gary. “Ponme en Gryffindor. Ponme en Gryffindor.”
“¿Estás seguro?” preguntó la voz. “Quizás en Ravenclaw estarías mejor. Ahí estarías con gente inteligente como tú.”
“Ponme en Gryffindor” Gary ignoró el comentario de la voz. “Ponme en Gryffindor. Ponme en Gryffindor.”
“Si lo tienes tan seguro…” dijo la voz. – ¡Gryffindor! –
Gary sonrió y se quitó el sombrero. Lo dejó en el taburete y fue hasta la mesa de Gryffindor, donde se sentó al lado de su hermana.

Año 1980
–Barac Anderson– llamó la profesora McGonagall.
Barac avanzó y se sentó en el taburete. Miró a la mesa de Gryffindor de reojo, dónde vio a sus hermanos mirándolo, y se puso el sombrero en la cabeza. Todo se puso negro cuando el sombrero le cubrió los ojos pero intentó apartarlo.
“Otro Anderson, ¿eh?” murmuró una voz en su cabeza. “Eres ambicioso y sangre pura. En Slytherin estarás bien.”
Barac frunció el ceño. Quería ir a Gryffindor, como sus hermanos. Además, Slytherin era la casa dónde había ido su madre. No quería ser como ella. Se negaba.
“Slytherin es más que magia oscura” dijo la voz. “Pureza de sangre, ambición y astucia son las principales cualidades pero ninguna es mala por si sola. Todo depende del uso que le des. ”
Barac cerró con fuerza los ojos. Él solo quería que acabase eso de una vez. ¿Por qué no podía simplemente decir una casa, mejor si era Gryffindor, de una vez?
– ¡Slytherin! – gritó una voz encima de él.
Barac se quitó el sombrero sin mucho ánimo mientras oía como la casa de Slytherin aplaudía con fuerza. Se giró a mirar a sus hermanos, como si pudiese pedirles perdón con la mirada, pero se sorprendió de verles sonriéndole. Sonrió de regreso y fue a sentarse en la mesa de Slytherin.

–Dylan Stevenson– llamó la mujer con el pergamino.
Dylan se sentó en el taburete y se puso el sombrero, al igual que otros alumnos antes. El sombrero le tapaba la visión y no sabía que tenía que hacer. ¿Por qué nadie le decía que tenía que hacer?
“Eres nuevo aquí, ¿eh?” dijo una voz en su cabeza y Dylan se sobresaltó. “Veo que eres leal y bondadoso. Parece que en Hufflepuff estarás bien. ”
Dylan parpadeó. No sabía de qué hablaba esa voz. ¿Qué tenía de importante cómo fuese él para estar bien en un sitio u otro? A él realmente no le importaba a dónde le pusieran así que simplemente esperó a que dijeran un nombre.
“Ya veo que no te importa dónde estés” siguió la voz. “Entonces, sin duda alguna, tu casa es…”
– ¡Hufflepuff! – gritó la voz.
Una de las mesas, la que estaba en el centro y a su derecha, se levantó y empezó a aplaudir. Dylan se quitó el sombrero, lo dejó en el taburete, y fue a sentarse a la mesa.

Año 1981
–Helena Stelington– llamó la mujer que, según recordaba, había dicho que se llamaba McGonagall.
Lena avanzó y se sentó en el taburete. Se colocó el sombrero encima, como había visto hacer a los alumnos antes que ella, y esperó.
“Veo sangre mágica en ti” dijo una voz. “Y también muggle.”
Muggle. Ese término le sonaba de haberlo oído antes aunque no estaba segura de qué significaba.
“¿Dónde te meteré?” siguió la voz.
Lena se tensó al oír esa pregunta. ¿Y si no encajaba en ningún sitio? No quería regresar a casa por eso.
“Mmm…” la voz sonaba dubitativa. “Puede que en Slytherin estés bien. Eres ambiciosa así que no tendrás problemas en encajar.”
Oír eso relajó un poco a Lena. Parecía que, al final, no regresaría a casa. Aunque solo había oído hablar de Gryffindor, la casa donde su madre le había dicho que ella había ido cuando había asistido a Hogwarts.
– ¡Slytherin! – gritó la voz.
Lena sonrió y dejó el sombrero en el taburete antes de ir a sentarse en la mesa de su casa.

–Nerea Stelington– llamó  la profesora McGonagall.
Nerea avanzó y se sentó en el taburete. Luego se puso el sombrero y esperó. No veía nada pero tampoco creía que lo necesitase. Y ella no era la única que esperaba. A juzgar por el silencio que había, todos en la sala estaban esperando.
“Una nacida de muggles” dijo una voz en su cabeza. “Veo que eres perspicaz.”
“Oh” Nerea parpadeó. “Hola señor sombrero.”
“…” la voz se calló al oírla pero no pasó mucho antes de que siguiese. “En Ravenclaw encajarás de maravilla.”
“¿Ravenclaw?” Nerea volvió a parpadear. “Sí tú lo dices…”
– ¡Ravenclaw! – gritó el sombrero seleccionador.
Nerea se levantó, se quitó el sombrero, y fue a sentarse en la mesa que estaba en el centro a su izquierda. Antes de sentarse, se giró hacia la mesa que había en un extremo y sonrió a Lena, que le respondió moviendo la mano.