[FF Harry Potter] Una Vuelta de la Vida (Parte dos)

Una vuelta de la vida (Parte dos)
Todo se sentía natural, las miradas, los gestos, los roces ocasionales de manos, las largas conversaciones hasta altas horas de la noche ya se habían vuelto una rutina.  En esas dos semanas de trabajo palmo a palmo James y Olivia cada vez se sentían más atraídos por el otro, ambos sentían que se conocían desde siempre. La atracción no dejaba de crecer.
Pero también ataques a Olivia continuaban.
En los diferentes lugares dentro de la excavación, sin una clara razón. Donde fuera que iba alguna trampa se activaba entrando en funcionamiento el mecanismo de defensa del lugar, tras investigar habían determinado que las activaciones de las trampas eran aleatorias, pero gracias a una combinación de suerte y la oportuna intervención de James nada había pasado a mayor salvo unos cuantos rasmillones y contusiones menores.
Todo había comenzado, les contó Olivia, hacia un par de semanas antes, cuando habían dado con la cueva. Ella y su equipo habían sido contratadas por un excéntrico millonario a quien le fascinaba la cultura  Mesoamericana, él creía, y quería que Olivia se lo confirmara, que la cultura mágica nativa había tenido contactos con la cultura occidental mucho antes de la llegada de los primeros exploradores. A pesar de las multitudinarias muestras de aquel hecho a lo largo de toda América aún era algo que confundía a los expertos, su interés radicaba específicamente en el pueblo de Mitla, un pueblo con una rica cultura mágica.
Así, Olivia y su equipo se habían trasladado a México donde una firma en representación del millonario ya había gestionado todos los permisos para que ella pudiera trabajar.
En un principio su tarea se había evocado al estudio de la ciudad en sí, de donde podía sacar bastante material para ayudar a probar la teoría, sin embargo, a medida que su trabajo fue avanzando se fueron adentrando más y más en las montañas, Olivia y su equipo habían descubierto dentro de la ciudad una especie de escrito que los conducía hasta este lugar, si bien no era muy claro que era lo que encontrarían una vez que se adentraran, el escrito describía claramente la influencia de otra cultura en la ciudad, así, entusiasmada con las oportunidades que esto le brindaba traslado todo su equipo y esfuerzo en seguir esa pista, luego de dos meses de arduo trabajo habían dado con la cueva. Encontrar su entrada había sido todo un reto, las barreras mágicas puestas en ella eran complicadas y variadas.
Había sido Keeba la primera en dar con la puerta, como una estudiante avanzada en materia de sellado mágico había podido encontrar la entrada y romper las barreras puestas en ella, una vez estuvo todo seguro para ingresar Olivia y su equipo se adentraron a la cueva y se toparon con algo inesperado.
Al fondo de la cueva encontraron un gigantesco arco tallado sobre la roca, las runas inscritas eran desconocidas para Olivia y su equipo. Al ir revisando el lugar había encontrado indicios claros de que en algún minuto de la historia ese lugar había sido habitado, lo que levantaba nuevas incógnitas.
Tras largas discusiones con su equipo Olivia decidió que si iban a ir más lejos en esta investigación necesitarían apoyo. Se contactaron con el Ministerio de Magia en reino unido para solicitar los datos de algún experto en simbología precolombina derivándolos con James e Ethan.
Los representantes del magnate para el que trabajaban al enterarse de esto se habían enfurecido, le reclamaron que primero debió informar de lo que planeaba hacer, que era una excavación privada sin relación con el ministerio. Olivia se defendió aludiendo que se le había dado autoridad para convocar a cualquiera que ella encontrara necesario para llevar a cabo su misión, y que solo había consultado al ministerio como nexo entre ellos y James.
A pesar de las reticencias de los representantes Olivia continúo con el trabajo de excavación, en primer lugar, puso al tanto de sus avances a James e Ethan, les contó como habían dado con la cueva y lo que habían hallado.
Luego de ponerlos al día se trasladaron hacia la cueva para mostrarles a James e Ethan el gran arco de piedra. Al verlo ambos se acercaron a estudiar el arco, luego de unos minutos Ethan dijo emocionado.
-Kalakian Teselotl. Las puertas del demonio.
-¿Las puertas del Demonio? –preguntó Keeba acercándose.
-¿La de la leyenda? –Dijo Olivia acercándose también.
-¿Qué leyenda? –preguntó Keeba.
-Así es –Le respondió a Olivia James -Hay una antigua leyenda zopoteca -dijo hacia Keeba –Que cuenta que hace cientos de años un terrible mal asolo esta parte mundo. Llegado desde el mismo infierno un demonio se hizo con el poder y rigió a todo el mundo. Su reino del terror duro por siglos hasta que, enviada desde los cielos, nació una pequeña inmune a su poder. Dotada con habilidades especiales esta persona estaba destinada a destruir a éste demonio y acabar así con toda su maldad. Llego el día en el que ambos se enfrentaron. Teselotl perdió todo su poder, pero al ser un ente inmortal no podía morir, así que Teyaotlani, que literalmente significa guerrero, lo envió devuelta al infierno y sello la entrada para que nunca más pudiera volver. Desgraciadamente la batalla la dejo tan debilitada que pereció luego de sellarlo, no sin antes ocultar para siempre la entrada para que nadie nunca volviera a liberar a la bestia que duerme por siempre.
-Nunca había escuchado de ella –dijo Keeba frunciendo el ceño mirando al arco.
-Probablemente si lo has hecho aunque a lo mejor no lo habías notado. Si conoces la historia de Monte Albán sin duda te has topado con el término “Imaniatl Akuali” con el que general mente se nombra a la época del periodo oscuro de Monte Albán, la traducción general es “Época Mala” o “periodo Malo”, pero también puede ser traducida como “Época del Mal”. Sin duda también es probable que conozcas celebración anual en honor de Teyaotlani, la Guelaguetza, aunque ahora lógicamente ha cambiado y ha sido adaptada luego de la llegada de los colonos aún se preserva ritos de las antiguas celebraciones.
Olivia y Keeba habían quedado en silencio y miraban a James extrañadas.
-Un momento James –dijo Olivia recobrándose –Yo ya había oído esa historia antes y todo lo que me dices pero es imposible que estas sean las puertas del Teselotl, en primer lugar, no se encuentran donde deberían y en segundo lugar, eso no es más que una historia fantástica, de verdad no puedes pensar que aquí dentro es la entrada al infierno.
-¿Por qué dices que este no puede ser el lugar? –dijo con tranquilidad  James sonriendo
-Bueno… -dijo dudando un segundo al ver la seguridad de James –para empezar las puertas debieran de estar a cientos de kilómetros de acá, –dijo al fin -como bien tú dijiste, toda la historia ocurre en Monte Albán no acá. Segundo, la historia de la que hablas es una historia zopoteca no mixteca, que eran quienes vivían en esta área, por lo que no hay manera de que este fuera el lugar del que hablas.
-No fue después de la caída de Monte Alban que los mixtecas tomaron control sobre esta área por sobre los zopotecas, antes de eso está ya era una zona de culto para los ambos pueblos, era un lugar sagrado, su mismo nombre lo dice “lugar de los muertos” ¿Qué mejor lugar que este para las puertas al inframundo?
-Ok, aunque así fuese, solo te estás basando en una historia, que bien o mal apoyada en algunos hechos no deja de ser una historia, no hay forma de probar que estas son las puertas de Teselotl.
-De hecho, si lo hay – dijo James con tranquilidad.
Olivia se quedó asombrada por la afirmación de James, Ethan asintió a James y se dio vuelta para continuar conservando el arco. James continuó.
-¿Qué me dirías si te digo que estas mismas puertas se encuentran en un códice perdido en Monte Albán?
-Te diría que eso es imposible, todos los códices, muggles y mágicos, se encuentran ya apropiadamente estudiados y son de conocimiento público, y si te refieres a uno los códices sin resolver te costaría mucho probar que resolviste el misterio luego de mil años.
-No, no son los códices sin descifrar de los que hablo, te hablo de uno que aún no sale a la luz pública y que solo cinco personas en este mundo conocen. Dos de las cuales los tienes en esta cueva
James sonrió ante la mirada de incredulidad de Olivia y antes de que pudiera decir palabra continuó.
-Hace tres años Ethan y yo nos encontrábamos en Monte Alban haciendo unos estudios de su influencia mágica en la región. Tras indagar en las inmediaciones de a poco fuimos dándonos cuenta que Monte Alban no había sido solo un lugar de adoración sino que también fue un lugar de reinado. -James comenzó a pasearse mientras contaba la historia, gesticulaba y movía los brazos explicando, parecía un profesor dando una cátedra a sus alumnos, Olivia se sonrió al recordar que ella también tenía tal manía al dar clases-.  Como has de saber hay ciertos murales que los muggles no pueden leer, y como fueron ellos los primeros en iniciar las investigaciones en el lugar pues obviamente no pudieron descubrir todo sobre Monte Alban. Luego cuando llegamos los magos a investigar nos encontramos con un pueblo no solamente rico en historia si no con algo que no tenía precedentes, una cooperación mago-muggle como no se había visto desde la edad media. Sin embargo, eso no era lo que me interesaba estudiar. Lo que más me intrigaba de ese lugar era por qué fue abandonado cuando estaba en su era de mayor esplendor, los años previos y posteriores están bien documentados tanto por muggles como por magos pero el periodo negro es absolutamente un misterio. Me parecía imposible que un pueblo que tenía documentada toda su historia no lo hubiera hecho con su peor periodo. Así que me dedique a buscar algo que ni siquiera sabía si existía, algo que desafiara toda lógica, un códice oculto para magos y para muggles.
-Perdona… ¿Qué?
-¿No te parece raro que en una cultura como la de Monte Alban hubieran códices que solo eran leídos por magos?
-Eso es obvio, por el estatuto del secreto –respondió de inmediato Keeba con la ceja alzada como afirmando una obviedad.
-Pero en ese tiempo no existía el estatuto… –dijo Olivia mirando a James asombrada – eran una comunidad en la que los muggles y magos trabajaban a la par, sin ocultarse. Nunca lo había pensado.
-Por supuesto, de hace siglos que los magos nos separamos de los muggles, pero eso no paso en América hasta luego de la llegada de los conquistadores por lo que no tiene sentido que hicieran tal cosa.
-¿Por qué crees entonces…?
-¿Qué los separaron?
-Exacto ¿qué sacaban los antiguos magos en separar los códices para que los muggles no pudieran leerlo?
-Nada, ese es mi punto. Imagínate esto, para una cultura como aquella el simple hecho de hacer esa separación rompía con todo su sistema de creencias. Eran un pueblo que se enorgullecía de su historia, de su pasado, y por sobre todo de su presente, por lo que la única respuesta que se me ocurre es que la separación se hiciera luego de la caída de Monte Alban. Ya fuese para ocultar una parte de su historia de la que se avergüenzan, o porque que no querían que se supiera terminaron enterrando aquel secreto. La caída de Monte Alban no solo significo el fin de una era, sino que también significo el fin de la cooperación pacífica entre magos y muggles, si bien se han documentado de casos similares en otros pueblos mesopotámicos ninguno se asemeja al existente en Monte Albán.
-¿Qué fue lo que descubriste James? –preguntó Olivia intrigada.
-Dimos con una cámara sellada mágicamente –dijo sonriéndole –dentro parecía completamente vacía, para mí y para cualquiera que tuviera sangre mágica, pero no para un muggle.
-¿Cómo es eso?
-A la cámara solo se podía acceder rompiendo varias maldiciones que para un muggle le hubiera resultado imposible, pero para un mago bien entrenado no era de gran problema, pero al llegar solo, un mago se hubiera visto ante una cámara gigante sin absolutamente nada. Para poder descubrir su secreto debía de ser mirada por un muggle, un ser sin poderes mágicos.
-¿Y para una sangre mestiza o un hijo de muggles? –preguntó Keeba.
-También lo hubiera parecido vacía, porque ambos poseen poderes mágicos. No, solo la perfecta cooperación entre los un mago y un muggle te hubiera permitido conocer lo que había dentro.
-¿Pero cómo lo hicieron? – preguntó Olivia.
-No fue fácil –respondió Ethan -Cuando decidimos iniciar la búsqueda de este códice nos planteamos la idea de que podríamos hacer llamar a algún muggle a que se nos uniera a la expedición, por supuesto que eso conllevaba un sinfín de problemas, sin decir la cantidad de papeleo que debíamos hacer, además de tener que hablar con el ministro muggle y  convencer al ministerio que levantara solo por esa ocasión el estatuto del secreto, en fin, todo demasiado complicado. Pero me di cuenta, de que lo que nosotros necesitábamos no era un muggle en sí, si no la visión de un muggle. –Con fingida parsimonia sacó una cámara fotográfica de su morral, sonriendo apuntado hacia Olivia y James.
-¿Una cámara fotográfica? ¿Es broma?
-No – dijo sacando la foto iluminando el lugar con el flash.
-La cámara fotográfica es una invención muggle, no posee ningún poder mágico. -explicó James -. El hecho de que nosotros tengamos imágenes con movimientos y los muggles no se debe a una poción en la que revelamos nuestras fotos, pero no posee ningún poder especial, por lo que la hacía perfecta para nuestros planes.
-Con la cámara –continuo Ethan –pudimos descubrir un nuevo códice que narraba unos eventos hacia finales del siglo X.
-Era un mural magnifico –Continuó James –nunca había visto algo así. Abarcaba toda la habitación incluidos el cielo y el piso. Pero antes de que siquiera pudiéramos iniciar con la traducción del código nuestra excavación fue cancelada, no tuvimos más opción que volver a Inglaterra y entregar al ministerio las fotografías de lo que habíamos descubierto.
-¿Porque? ¿Por qué detuvieron su excavación? –preguntó Olivia
-No lo sabemos, la única explicación que nos dieron es que no podían seguir financiando nuestra excavación. Aparte de eso ya no pudimos seguir investigando, pero lo que sí, es que antes que nos cortaran pudimos descifrar una parte del mural, era un códice bastante similar a este en complejidad así que no fue mucho lo que pudimos sacar de él,-James saco una libreta de su bolsillo y les dijo -en él decía:  “el gran pecado fue acabado pero no vencido, aprisionado en las profundidades de la tierra de donde nunca debe salir, tras las puertas del diablo no debes pasar pues solo el fin espera detrás, dormido pero no muerto, desvalido pero no sin poder, los grandes arcos que impiden la entrada no debes pasar, no debes romper el sello de la diosa pues el mal volverá a gobernar.”
Olivia y James se miraron en silencio uno minutos.
-¿Cómo sabes que este es ese arco?
-Los símbolos. Son los mismos símbolos en el arco que en la cámara.
-¿Crees que lo puedes abrir? –dijo Olivia tras meditar unos segundos.
-Sí.
-Momento, momento. –Saltó Keeba – ¿De verdad me está diciendo profesora que va a creer en ellos? Esto es ridícu**, todo esto. Una cámara que no puede leer más que un muggle, y que por cierto nadie más que ustedes conocen, todo esto se basado en una fábula de cientos de años atrás que ocupaban para espantar a niños, por favor, discúlpeme James, pero aun no veo nada concluyente ¿Qué pruebas tiene que esto son las puertas de Teselotl? Bien podrían ser mil de otras cosas.
Como respuesta James le tendió la libreta donde estaba el texto que había leído. Olivia se acercó a Keeba para ver con ella que era lo que le entregaba, sobre la traducción había una fotografía  en ella se podía apreciar, sin duda, una copia exacta del arco delante de ella pero en miniatura y glifos, como le había dicho James, similares a los del arco real.
Tras analizar la fotografía unos minutos ya no les cupo ninguna otra duda, aceptaron lo que les contaba James y se programaron para iniciar de inmediato a descifrar los glifos de la puerta. Al salir de la cueva Oliva le preguntó a James.
-¿Qué crees que hay dentro? –preguntó Olivia.
-No lo sé –le respondió –Solo espero que no nos arrepintamos luego de abrir las puertas.
Olivia lo miro con una sonrisa creyendo que hablaba en broma, pero al ver el rostro serio de James se preguntó si no lo habría de dicho en serio.
Tras dos semanas de intenso trabajo, Ethan y James se habían dedicado a desentrañar los misteriosos sortilegios que mantenían al portal cerrado, no con mucho éxito. Frustrados y algo cansados se reunieron esa tarde con el equipo de Olivia y discutieron los trabajos a seguir.
Sin abrir las puertas no había mucho más por donde seguir, ya se habían hecho los rastreos por el área en búsqueda de otras entradas o de alguna otra gruta que diera con alguna pista de como abrir las puertas.
Luego de acordar que se darían como plazo una semana más salieron de la tienda a preparar la cena y a comer alrededor de la fogata.
Algo más apartados que el resto James y Olivia observaban como Ethan y los demás jugueteaban lanzándose bromas acá y allá, y riendo escandalosamente.
-Se ve que es un gran chico –Dijo Olivia mirando a Ethan quien en ese minuto hacia como una voltereta en el aire intentando escapar de Keeba acarreando las carcajadas generales de todos alrededor.
-Lo es – Afirmo sonriendo.
-¿Hace mucho que trabajan juntos?
-Hace uno cinco años ya, nos cruzamos en nuestro paso por Hogwarts y luego un amigo en común me lo recomendó cuando iba a iniciar una excavación es los Balcanes.
-Recuerdo tu artícu** sobre esa excavación “Artes Oscuras en la antigua sociedad Helénica” realmente fascinante, creo que fue lo primero que leí de ti. Me pareció increíble como dieron con esos cráneos y como pudieron obtener de vuelta los hechizos que les habían aplicado…
-La verdad sólo lo conseguimos gracias a Ethan, pues veras, no fue fácil, primero…
Se quedaron hablando por horas, por mucho después de que todos se fueran a dormir. Compartieron las anécdotas de pasadas expediciones en las que hubieran participado o comentaban algún nuevo descubrimiento en su campo. Hablaron sobre sus respectivas familias, sin ahondar mucho, James le contó que sus padres habían muerto hacía varios años y que eran solo él y sus hermanas.
-Háblame de tus hermanas, yo era hija única y siempre quise tener hermanos.
-Pues te las regalo si quieres –dijo riendo. –pues a ver, Emma… Emma es una chica inteligente, independiente. Era el cerebro detrás de la cortina, era la única que evitaba que terminara matando a Daphne cada dos por tres, aunque de por si era ella la que planeaba todas las jugarretas que me hacían jajaja. Daphne… uff Daphne –dijo soltando un bufido –Era una chica dulce, recalcando él “era” ajaj, es la persona más valiente y fuerte que conozco, por mucho más que yo o Emma. Ella fue mi pilar en el cual apoyarme cuando flaqueaba, soy nada sin ella.
-Desearía haber tendió eso. –dijo sonriéndole dulcemente a James -De pequeña solo eras mis padres  y yo, como ellos eran también arqueólogos viajábamos mucho, me encantaba, pero cuando murió mamá nada volvió a ser igual. Papá decidió que lo mejor para mí fuera tener una vida lo más normal posible, así que abandono la arqueología y se decidió a dar clases mientras yo estudiaba en Salem. Fue difícil para nosotros acostumbrarnos a estar sin mi madre, pero siempre estuvimos el uno para el otro.
-Suena como un gran padre.
-Lo es…
Se quedaron en silencio por varios minutos, ninguno de los dos sentía la urgencia de llenar el silencio, se sentía bien simplemente estar el uno al lado del otro.
-Sabes –Dijo de repente Olivia.
-¿Mmm? –Dijo sin articular James.
-Podría haber ido a Hogwarts si hubiera querido.
-¿Cómo así?
-Mi madre era inglesa, a los once me llego tanto la carta de Hogwarts como la de Salem, no quería abandonar a papá así que ni me lo pensé dos veces y me quede en América.
James se la quedo viendo y le dijo.
-Desearía que no lo hubieras hecho.
-Yo también…- Dijo sin apartar la mirada de James conteniendo el aliento.
Sin poder contenerse más, sin querer contenerse más, James tomó la cara de Olivia atrayéndola hacia él y la besó. Firme, cálido, algo tímido al principio pero apasionado al sentir el cuerpo de Olivia responder devuelta. Aquel beso, aquel primer beso, pareció perdurar por siempre.
–Olivia –susurro James con adoración.
–James –respondiendo de vuelta ella atrayéndolo para no volver a soltarlo.
Ella lo necesitaba, lo quería, ansiaba su contacto,  necesitaba sentir sus poderosas manos acariciándole la espalda atrayéndola hacia su firme cuerpo. Él necesitaba de ella, como quien necesita del aire para respirar, como quien nunca antes ha visto la luz y por primera vez la descubre, necesitaba su contacto, el sabor de sus labios en su boca, el aroma de su cabello al alborotarlo.
En una danza de pasión se pararon, se persiguieron, se besaron en la esquina de cada tienda.  A cada paso sin soltarse, dejándose llevar sin pensar, solo hacer. Beso y abrazo, caricia y pasión.
Llegaron a la tienda de Olivia.
Se separaron y se contemplaron respirando con dificultad. Se acercaron lentamente, esta vez disfrutando la proximidad. Sin prisas se conocieron,  se admiraron y se fundieron en un solo ser.
Se quedaron abrazados en la cama hasta que el sol salió detrás de las colinas. James acariciaba la espalda de Olivia quien descansaba sobre su pecho disfrutando como este subía y bajaba en cada respiración.
-¿Cómo te hiciste esta cicatriz? –preguntó Olivia acariciándole la cara.
James no contestó de inmediato, se quedó contemplando el techo de la tienda. Olivia notó como su respiración había cambiado y su corazón palpitaba más rápido.
-Lo siento, si no quieres hablar de ello… –dijo de inmediato temiendo haber tocado alguna fibra de la que él no se sentía capaz de hablar–. Olvídalo.
-Mi padre me la hizo – dijo el al fin devolviéndole la mirada a Olivia, esta noto algo diferente en ella. Esa luz que normalmente brillaba tras los grises ojos de él se había apagado, algo en esa mirada la asusto–. Me lanzo una maldición justo antes de que lo matara.
-¿Qué lo…? ¿Cómo? No… no entiendo- dijo Olivia sentándose en la cama observándolo.
-Mi padre fue un Mortifago, mi padre y mi madre de hecho. Se unieron al Señor Tenebroso mucho antes que mis hermanas y yo naciéramos. Pasamos toda nuestra niñez aprendiendo como nosotros los sangres puras eran mejores y superiores a todo el mundo, que nacer puro te daba la obligación y el derecho de erradicar a los impuros que contaminaban nuestra sociedad. Nos educaron con rigidez para que siguiéramos el camino que el Señor Tenebroso había trazado. Al más leve desvió nos torturaban para enmendarnos, o esa era su excusa al menos. Mi padre me amenazaba con torturar a mis hermanas hasta matarlas si no lo obedecía en todo, yo lo odiaba, aborrecía el sentirme invalido en su presencia. Durante gran parte de nuestra niñez la pasamos viajando, a mis padres se les encomendó la misión de sentar los cimientos de la pureza de sangre en el extranjero y ellos estaban complacidos con ayudarlo.
>>No fue hasta poco antes de su caída que volvimos a Inglaterra, nos mandaron a Hogwarts mientras ellos se preocupaban por buscar a su señor. Ahí por primera vez en mi vida fui libre, feliz incluso. Ya no tenía que preocuparme de actuar según lo que él me dijera así que una vez lejos de su influencia comencé a planear su caída. Me jure que lo destruiría, a él y a mi madre. Ahí descubrí por las torturas por las que habían pasado también mis hermanas, a pesar de que ellos me habían jurado que no las tocarían si yo me comportaba. Me odie por eso, me odie por haberles creído, por haber sido tan iluso de pensar que mantendrían su palabra. Así que redoble mis esfuerzos para hacerlos pagar.
>> Pero en Hogwarts yo era feliz. La vida en el castillo era increíble, las clases eran magnificas, los profesores increíbles. Era capitán del equipo de Quidditch y por primera vez en mi vida tenía amigos, gente a las que yo les preocupaba tanto como yo me preocupaba de ellos. Poco a poco me fui olvidando de mi plan, del cual sabía que mis hermanas dependían para ser libres, me preferí a mí en vez de a ellas. Fui egoísta.
>>A medida que avanzaba Hogwarts descubrí que mis padres habían matado a uno de sus compañeros mortifagos porque este los había traicionado, la hermana de él iba en mí mismo curso y la utilice para conseguir las pruebas que necesitaba sin importarme el peligro en la que la ponía. Fui estúp***, muy estúp***. Le conté todo lo que había averiguado y lo que creía que había pasado con la idea de que a lo mejor su hermano le hubiera contado algo, ella no sabía que él había sido un Mortifago, solo le habían contado que su hermano había sido asesinado y que nunca se había descubierto que había sido, en su sed de venganza fue detrás de mis padres. >>Al darme cuenta de lo que había hecho intente ir tras ella para detenerla, pero llegue demasiado tarde. La encontré en medio de la sala casi inconsciente, mis padres la torturaban por turnos lanzándoles cruciatus,  estaba casi muerta. Me interpuse entre ellos para evitar que la mataran, pero ellos ya lo sabían todo, sabían de mi conspiración en contra de ellos así que también intentaron matarme, luche contra ellos y no sé cómo pero me las arregle para tomarla y desaparecernos. Les conté todo a los aurores, que era lo que debí haber hecho de un principio, a ella se llevaron a San Mungo bajo custodia y a mí y a mis hermanas nos llevaron a declarar, lo contamos todo. >>Nos llevaron a un lugar en el mar del norte, entre las montañas, aún no sé cómo mi padre dio con nosotros pero mató a los aurores que nos protegían y fue tras nosotros, obligue a Emma y Daph a escapar mientras yo lo entretenía, pero él no venía por mí, las quería a ellas. Sabía que matándolas me haría sufrir más que matándome a mí directamente.  
>>El tío de mi mejor amigo, Fremont,  era auror y ese día iba a visitarnos para saber cómo estábamos. Al llegar se encontró con los dos guardias muertos y a mi inconsciente en suelo. Me reanimo y de inmediato iniciamos la búsqueda.  
>>Los encontramos en lo alto de un barranco en donde tenía a mis hermanas amordazadas y amarradas a la espera de que yo llegara para matarlas, lo que no se esperaba que yo no fuera solo.
>>Fremont le lanzó un hechizo aturdidor mientras yo corría hacia mis hermanas, se batieron por unos minutos pero mi padre era un poderoso mago y dejo a Fremont inconsciente con uno de sus hechizos.
>>Luego apunto su varita hacia mis hermanas y grito que ahora era el turno de ellas de morir. De su varita salió un rayo morado, desesperado, le lancé un hechizo de desarme por lo que su varita voló de su mano y su rayo me dio de lleno en la cara y me dejo inconsciente, pero la potencia de mi hechizo lo impulso hacia atrás y cayó al vacío.
>>Desperté a las semanas en San Mungo, totalmente recuperado aparte de esta cicatriz que es el resultado de su maleficio, a mi padre nunca lo encontraron, ya había perdido su varita así que era imposible que sobreviviera a esa caída y se le dio por muerto. –James miro a Olivia –Mi madre murió a los meses después, por lo que supe buscaba al Señor Tenebroso y resulto muerta. Así fue como mis hermanas y yo nos vimos liberados de nuestros padres al fin, -Sonrío tristemente -No soy una buena persona Olivia, mate a mi padre y ni siquiera lo siento por ello, yo…
Olivia lo beso.
-Para mí lo eres. -le dijo sin dejar de besarlo. -Eres una persona increíble James Virius. Tuviste una vida que ni siquiera puedo empezar a comprender lo difícil que fue, hiciste lo que tuviste que hacer para defenderte a ti y a tus hermanas. No hay nada malo en aquello.
-Pero…
-Shh - lo silencio Olivia poniéndole el dedo en la boca - no más peros James Virius, no hay nada más que puedas decir que logre espantarme. Me gustas.
-Tú también me gustas -Dijo esta vez él atrayéndola para besarla.
Todos estaban ya reunidos terminando de desayunar cuando aparecieron James y Olivia. Asombrados vieron como ambos salían de la tienda riendo y abrazándose.
-Buenos días - Saludaron cuando llegaron junto a los demás, siendo recibidos por un silencio rotundo - buenos días dije - insistió Olivia alzando la ceja.
-Buenos días Profesora - saludaron todos.
-Obviamente más buenos para unos que para otros -Terció Ethan causando la carcajada general.  
Luego de eso todo fue normal, todos volvieron a sus puestos e iniciaron las labores del día.
Al medio día James volvió de la cueva y fue hacia Olivia.
- Hola - la saludo abrazándola por la espalda y besándole el cuello.
- Hola - saludó ella.
- Te extrañe toda la mañana.
- Yo también - Se dio vuelta para besarlo -¿Qué tal fue todo?
- Todo bien, hicimos algunos avances.
- ¿Tienes hambre?
- No mucha -la abrazo -¿Qué tal si mejor volvemos a la tienda?
- Mmm… tenta…
Se quedó a media palabra, bajo sus pies un fuerte estruendo comenzó a mover la tierra.
- ¿Qué pasa? - Grito afirmándose de James.
- ¡Las puertas! - Grito él abriendo los ojos.
Olivia lo miro con incredulidad y luego juntos salieron corriendo hacia la cueva.
A cada paso que se acercaban el temblor y el ruido se iba haciendo mayor ya pronto no se escucharon el uno al otro, se tomaron de las manos al ingresar la caverna y afirmándose de las paredes que retumbaban. Llegaron al atrio donde el aire enrarecido había levantado una gran voluta de polvo.
Las gigantescas puertas estaban a mitad de camino abriéndose. Olivia, James e Ethan se abrazaban, reían y saltaban viendo como estas al fin se habían abierto por completo.
Pasaron unos minutos más antes de que todo el polvo se disipara y pudieron por fin contemplar lo que había tras las Puertas de Teselotl.

Londres.
Oliver Tastecolli era considerado un excéntrico entre los excéntricos, pero eso a él poco le importaba. Era rico, más rico de lo que pudo llegar a desear, era poderoso, aunque no tanto como deseaba. Eso cambiaria pronto.
Estaba terminando su cena en el gran salón cuando entro uno de sus lacayos corriendo. Tastecolli lo miro de arriba abajo afirmando la varita bajo su túnica.  
-¿Sí? -Preguntó.
-Disculpe mi señor -dijo el sirviente inclinándose -, pero me acaban de informar que ya está listo señor, ya han abierto las puertas.
-¿Y la cámara? ¿Han encontrado la cámara? - preguntó parándose impaciente.
-No señor. Solo esta tarde han abierto las puertas.
-Muy bien -dijo eufórico -Escríbales de inmediato, quiero vigilancia las 24 hrs., al primer indicio de la cámara intervengan, mátenlos a todos si es que tiene que.
       -Si mi señor -se despidió el sirviente con una inclinación.
       -Espera -dijo pensándolo mejor -Que la profesora Matthews y el profesor Virius me los dejen a mí, sí les llegan a tocar un pelo se las verán conmigo.
El lacayo salió haciendo una inclinación y Tastecolli quedo solo. En unos días, en tan solo unos días más, todo el mundo se inclinaría ante él.