Recopilación de concursos de FanFics
BladeFénix3435
Shattered Echoes
Dicen que a la medianoche, el momento en que se juntan ambos días, se pueden oír las voces de todos aquellos, humanos o no, que pueblan las pesadillas de los vivos. Hay un instante, un solo instante, en que nada de lo que veas es real. Y un instante puede ser muy largo… sobretodo si la luna llena es su guía.
Despertó en el bosque. Las hojas susurraban al viento lúgubres canciones, el canto de aquellos sin voz propia. Los sonidos de lo salvaje se dejaban escuchar por los pocos con suficiente oído para entenderlos. El ulular de una lechuza, los pequeños pasos de los roedores que no deseaban sino vivir un día más. Y, sobre todos ellos, un aullido, chirriante como una sinfonía de uñas sobre el cristal. Un sonido que le hizo estremecerse.
Había logrado dormirse arropada con su túnica. No sabía cuanto tiempo había logrado dormir, se sentía como si no hubiese pasado más de un segundo. Lo primero que pensó fue que estaba en el Bosque Prohibido. Luego recordó que ese año no volvería a Hogwarts, y que se hallaba a muchos kilómetros de allí. Con un suspiro empezó a rememorar lo que había ocurrido en los últimos días, rezando porque el aullido no se dejara oír de nuevo. Su único consuelo era la varita bajo su camisa, tras eso llevaba la ropa y nada más.
Su nombre era Karen Drayeck, y había sido una estudiante de Slytherin durante seis años. Su familia siempre se había contado entre el círculo de mortífagos mas cercanos a Lord Voldemort, y al cumplir dieciséis años había pasado a su servicio. La marca en su antebrazo era prueba suficiente de ese hecho. Nunca había desobedecido una orden suya, pero para su desgracia, falló en la mayor misión. Y no fue sin querer.
¿Cómo iba ella a saber que esa casa de sangres sucia sería en la que vivía Geena? A nadie se le hubiese pasado por la cabeza que la joven bruja que salió a defender a los muggles de sus padres sería la mejor amiga de Karen. Cinco años en Hogwarts las habían convertido en casi inseparables, hasta que la magia negra las había ido separando. No luchó todo lo bien que sabía, y no hizo falta. Voluntariamente se quitó la máscara. Geena se echó a temblar.
-No… ¡Tú no!
Karen luchó para mantener sus sentimientos bajo control. Geena temblaba, desde el mismo momento en que se habían mirado a los ojos había perdido el combate, aunque no lo supiera.
-Avada… -Con un nudo en la garganta trató de conjurar el hechizo mortal. Geena abrió los ojos como platos.
-¡¡¡Avada Kedavra!!!
De una varita a su derecha salió un rayo de luz verde. Geena nunca pronunció sus últimas palabras. Cayó de espaldas, en un gesto de eterno miedo. Karen jadeó y le temblaron las piernas. A su lado, su compañero se volvió.
-Asunto concluido. Volvamos.
-No.
-¿Eh? –El viejo Grakes se dio la vuelta. Deseó no haberlo hecho nunca. Los ojos de Karen estaban llenos de lágrimas, pero su mano no temblaba al apuntarle al corazón.
-Avada Kedabra. –Musitó, contemplando con siniestro placer como la mirada del mortífago se extinguía. –Geena no se merecía esto. No merecía morir así.
Desde entonces, Karen era una fugitiva. Los mortífagos, al ver que no volvían, se habían aparecido en la casa. Esa misma tarde tanto el Ministerio como los Mortífagos se lanzaron en su persecución. Ni en Hogwarts estaría ella segura…
Habían pasado dos días, y en todo el país se habían difundido carteles de se busca. Se la acusaba de asesinato, artes oscuras y, entre los seguidores del Señor Oscuro, de traición. Hasta en el más apartado de los antros se susurraba su nombre, por eso debía seguir moviéndose, salir del país. Pero lo primero era lo primero. Sabía que sus padres la rechazarían, pero quería dejarles una nota… o no. Durante un instante se preguntó si realmente era necesario. Apretó el puño y una pequeña lágrima mojó la hierba. No sabía qué hacer, no tenía ni idea. Estaba sola, tenía miedo, y tenía que cargar con las consecuencias de una acción que no había planeado.
No pudo más. Con un grito le dio un puñetazo a un tronco que había a su lado. A la porra el silencio. No lo aguantaba más.
Tras ella, un nuevo aullido rasgó el silencio. Ese había sonado cerca… muy cerca. ¡Demasiado cerca!
-¡Incarcero! –Gritó, justo a tiempo. Falló por un pelo pero logró distraer a la criatura. Era peluda, gris y enorme. Medía el doble que un lobo normal y su hocico era claramente más largo. Era un licántropo. Miró al cielo. Luna Llena. Echó a correr.
No contaba los segundos, solo sentía el alocado latir de su corazón y su respiración escandalosa. Tras ella, una criatura enorme destrozaba la maleza a su paso y de vez en cuando gruñía. Karen lanzaba hechizos a discreción, soltando todo lo que se le ocurría. Ni siquiera el maleficio de tortura parecía hacerle mella. Estaba desesperada.
-¡Mocomurciélagos! –Jadeó, ante ella podía ver una luz, estaba lejos… ¿era una cabaña? Ojala. Mejor presa que muerta.
Tras ella, el hombre-lobo se debatía, visiblemente irritado. No fastidies que esto funciona.
Y luego, nada.
-¡Eh! ¡Despierta! –Karen se incorporó de un salto sobre la cama. Lo veía todo borroso y casi al instante se mareó, cayéndose de nuevo.
-Eh… ¿Qué…? –Poco a poco empezó a despejársele la visión. Ante ella había unos preciosos ojos azules, muy parecidos a los de… -¿Geena?
No, no es posible. Se dijo. Geena está muerta. Por mi culpa. Apretó el puño.
-No, no soy Geena. Mi nombre es Marian. –Le susurró. –Y tú por poco no lo cuentas.
Además de esos ojos azules, Marian tenía una cabellera rubia, gafas blancas y unos catorce años. Le sonaba mucho su cara. De pronto, los eventos de la noche anterior le vinieron a la memoria, un incontrolable torrente de recuerdos.
-¿Cómo…? – ¿Cómo la habían salvado? ¿Qué había ocurrido exactamente? Y, más importante… ¿Quiénes eran? El corazón se le aceleró. Miró a los lados y sus ojos se detuvieron en la mesita al lado de su cama. Allí estaban su varita, y en su tobillo una pulsera que Geena le había regalado años atrás y siempre llevaba escondida. Eso la tranquilizó, si estuviese en peligro ya la habrían desarmado.
Marian sonrió bajo las gafas.
-Tranquila, estás a salvo. Te perseguía un licántropo, tuviste mucho valor.
-¿Qué si no? –Le respondió Karen, con un suspiro. La sonrisa de Marian se hizo más grande.
-Muy cierto. Pudimos rescatarte por los pelos.
-Gracias… espera.-Frunció el ceño -¿Pudisteis?
La madera de las escaleras crujió por el peso de un nuevo visitante. Se trataba de un chico de unos dieciséis años, pelo oscuro muy corto y ojos también azules.
-Sí, pudimos. –Le dijo él. –Aunque creo que nos debes una explicación. La gente no se mete en el bosque porqué si, Karen Drayeck.
Karen frunció el ceño y alargó la mano hacia la varita, pero el chico la apuntó con la suya.
-Cálmate. No quiero hacerte daño, ni planeamos entregarte. –Karen asintió, pero no bajó la guardia. ¿Cómo sabía su nombre? Entonces, al mirar de nuevo a Marian, además de ver el miedo reflejado en sus ojos, la reconoció. Era Marian Lissar, una Ravenclaw como su hermano Víctor. Este iba a su curso y lo había visto alguna vez en clase.
-¿Entonces qué queréis? –Les preguntó. Víctor bajó ligeramente la varita.
-Primero, siéntate. –Karen obedeció, clavando sus ojos negros en la mirada del joven. –Segundo, tienes suerte de que mi padre no esté aquí, él trabaja en el ministerio, es auror, por lo que tendremos que sacarte pronto de aquí. ¿Qué pretendes hacer?
Karen asintió, un poco sorprendida por su franqueza. Sabía que Víctor no le estaba mintiendo. Tenía fama de nunca hacerlo. – ¿Porqué me ayudáis? –Le preguntó. Víctor suspiró.
-Porque te he visto estar con Geena todos estos años. Porqué se que no eres como ellos.
Karen apartó su mirada. –Geena está muerta. –Por el rabillo del ojo, la joven pudo ver como Víctor retrocedía. Bajó la mirada.
-Yo no la maté. –Apretó los puños. El Ravenclaw asintió.
-Te creo. Tú no lo habrías hecho. Pero sigues sin contestarme a mi pregunta. ¿Qué vas a hacer?
Karen suspiró.
-Debo salir del país. –Miró alternativamente a los dos hermanos. -¿Qué me recomendáis?
-Podemos acompañarte hasta los lindes de este bosque, luego ya no podremos hacer más. Pero será un día de viaje, y no creo que te busquen. –Propuso Víctor.
De pronto se oyó un extraño ruido metálico, y Karen se fijó por primera vez en el reloj que colgaba en la pared. No tenía números, pero sí manecillas que indicaban la situación de cada miembro de la familia. La del padre decía “Camino a casa”. Antes de que la joven pudiese decir algo, Víctor de levantó.
-Vamos ya. ¡Marian! –La hermanita bajó del piso superior con una mochila que, por su forma, Karen adivinó que estaba encantada. Claramente no era una mochila Muggle.
-No hay tiempo que perder. –Continuó el Ravenclaw, saliendo. Karen no tuvo más remedio que seguirlos.
Llevaban quince minutos caminando cuando se oyó de nuevo un espeluznante aullido que les puso los pelos de punta.
-Oye, Víctor… ¿No habíais acabado con el licántropo?
El Ravenclaw sacudió la cabeza. –Lo hemos ahuyentado. No vendrá por aquí.
Karen le miró de reojo. Su voz no sonaba muy convencida. La Slytherin se estremeció. Eso no le gustaba nada. Maldito el día en que había ido a casa de Geena. Maldito una y mil veces. Suspiró y clavó su vista en el camino, tratando de ignorar los pequeños ruidos a su alrededor, el susurro del viento en los árboles, las pequeñas alimañas que iban de aquí a allá.
Habían adoptado los tres un ritmo constante, cruzando la espesura por un pequeño sendero que planeaban abandonar más tarde. El destino no les dejó esperar.
Un suave chisporroteo bastó para que Karen se tensara y empujase a sus compañeros al suelo, saltando ella al otro lado. Del aire se materializaron figuras enmascaradas con largas capas negras. Karen las reconoció al instante: Mortífagos. Sacó su varita de debajo de su camisa. Por las máscaras logró identificar a dos o tres. Y los otros le sonaban.
Diez ojos malignos se volvieron hacia ella, cinco varitas la apuntaron.
-¡Protego! –Gritó, consciente de que no le serviría de nada ocultarse. Tres rayos verdes pasaron rozándola. Claramente sus órdenes no eran traerla viva. Mala cosa.
De un salto se internó en el bosque, con el objetivo de perder a sus perseguidores. No dominaba para nada el aparecerse, y no quería arriesgarse. Tras ella, una ardilla cayó muerta.
Jadeó. Ya ni oía los pasos de sus perseguidores en su acelerada carrera. Apenas oía el latir de sus sienes, le dolía la cabeza, le ardían los pulmones. No sabía cuanto tiempo llevaba corriendo. Se giró para comprobar si aún la seguían. De pronto perdió el equilibrio y se contuvo para no gritar. Y ya no se levantó.
Al cabo de lo que pudieron ser minutos, segundos u horas (aunque pareció una eternidad), recuperó el conocimiento. Estaba echada boca abajo en el bosque, por lo que dedujo que no la habían atrapado. Se mantuvo echada unos instantes más, sin moverse, escuchando. Nada. Nadie. Un grito, agudo como una serenata de uñas contra el cristal de una ventana cortó el silencio
-¡¡¡NOOO!!!
Esa era la voz de Víctor. Dijo algo más que Karen no llegó a oír. Durante un segundo se planteó el huir en dirección contraria. Luego echó a correr hacia el grito. Cuando creía que estaba cerca frenó y empezó a caminar. Se le cortó la respiración.
Un mortífago sujetaba a Víctor, que se debatía con toda su fuerza. En las manos del segundo estaba su hermanita, que se desplomó inconsciente. O algo peor. Karen amagó un grito. El tercero se volvió hacia ella, con su máscara plateada sobre la cara. No lo reconoció.
-Sabía que vendrías. –Rió, una risa amarga y salvaje que no le gustó a Nicole para nada.
–Dejádmelos a mí. –Susurró alguien desde la espesura. Los tres mortífagos asintieron, y aunque no podía verles la cara, Karen creyó que sonreían. Se estremeció.
-¿Quién eres? ¿Qué pretendes?
El tipo sonrió mostrando unos dientes amarillos y bastante afilados.
Y en ese momento la luna se mostró en el cielo. Una luna llena, perfectamente redonda. ¿Otra vez? Pero…
No tuvo tiempo de decir nada. El hombre soltó un aullido bestial y su cuerpo empezó a mutar. Era un licántropo.
Karen asistió a la transformación con los ojos desorbitados de puro terror. No podía moverse, se sentía clavada al suelo. Víctor no estaba mucho mejor.
En un instante el licántropo se abalanzó sobre ella. Karen recuperó la cordura en ese momento.
-¡Incarcero! –Gritó, apuntando al hombre-lobo con la varita y saltando hacia un lado. Este cayó con fuerza antes de romper las ataduras con insultante facilidad. Vale, esto no funciona. Se dijo, tratando de pensar. Un chorro de agua salió de una varita a su lado, algo que enfadó considerablemente a la bestia. Se les agotaban las opciones. Karen miró a su alrededor a toda prisa. No podían huir… ¡los árboles! Trató de decírselo a Víctor con gestos, pero la mirada del Ravenclaw estaba vuelta hacia otra parte. El licántropo se volvió. ¡Marian! La pequeña seguía en el suelo, inconsciente o algo peor. Karen se estremeció. Sin pensarlo Víctor saltó hacia su hermanita e hizo retroceder a la bestia con un hechizo, aunque no duró demasiado. De inmediato Víctor empezó a trepar y a intentar subir a Marian. Karen no tardó en ayudarles. La pequeña estaba fría, pero Karen trató de de no pensar en ello. Se estremeció. Poco después los hermanos estaban a salvo.
Algo pesado aterrizó sobre la espalda de Karen, tirándola al suelo. Se le nubló la visión. Algo caliente goteaba por su espalda. Miró arriba, al árbol. Sentía los gruñidos del licántropo sobre ella. Todo se ponía negro… dolía mucho… luchaba para mantenerse consciente. Tenía miedo, mucho miedo, sentía que iba a morir…
De pronto el peso desapareció de su espalda. Se oyó un rugido ultrajado y un grito de miedo. Karen se volvió como pudo y abrió los ojos al máximo.
Víctor, con todas las de perder, se había lanzado sobre el hombre-lobo y había logrado apartarlo de ella. Mientras la bestia se ensañaba con él, el chico se volvió hacia ella, con visible alivio de verla viva.
-¡Sube! –Jadeó, mirándola a los ojos. En esa mirada negra Karen vio pura determinación, junto a algo que le aclaró el corazón. Cansada y dolorida como estaba, subió al árbol. No se atrevía a desobedecer. Cuando estuvo por fin a salvo, cayó inconsciente.
Cuando despertó de nuevo, la luna estaba empezando a bajar. El hombre lobo no se veía por ningún lado, y, para terror de Karen, Víctor se halaba en el suelo, hecho un guiñapo. Antes de pensarlo, ya había bajado. No le importaban sus heridas ni el dolor que sentía al moverse. Tenía demasiado miedo.
Para sorpresa de la joven, seguía vivo. Cuando la vio, le sonrió con su cara ensangrentada.
-Lo siento. Yo te traje por este camino.
Karen no podía controlar las lágrimas. –No
Él sacudió la cabeza. –Quiero decirte algo… antes de morir.
Ella quería decirle que no hacía falta, que aún no había llegado su hora. Pero Víctor no era ningún tonto. Incluso ella podía ver que sus heridas eran demasiado hondas para sanar.
-Te escucho. –Susurró. Él asintió, también llorando.
-Quiero que sepas… que te quiero. –Karen abrió los ojos, sorprendida. Una mezcla de tristeza y felicidad inundó su corazón. “Y yo a ti” habría querido decirle, pero no le salieron las palabras. Si antes se había fijado en el joven, el hecho de dar la vida por ella le había abierto su corazón. El joven pareció entenderlo.
-Creo que fue desde tercero. –Siguió él. Sus ojos casi no parecían verla. –No sé, solo sé que me enamoré. No parecías ser tampoco mala persona, y tu manera de bromear con Geena me convenció. No eras una de esas esnobs que van creyéndose las mejores… -Karen no le dejó continuar. Le besó, sabiendo que sería su primer y último beso. La mirada de Víctor se fijó en ella una última vez. Luego suspiró, y sus ojos se cerraron para siempre.
Karen no pudo soportarlo. Se arrodilló a su lado y se derrumbó, llorando, soltando toda esa tristeza que le oprimía el corazón
. Despertó en el bosque. Las hojas susurraban al viento lúgubres canciones, el canto de aquellos sin voz propia. Los sonidos de lo salvaje se dejaban escuchar por los pocos con suficiente oído para entenderlos. El ulular de una lechuza, los pequeños pasos de los roedores que no deseaban sino vivir un día más. Y, sobre todos ellos, un aullido, chirriante como una sinfonía de uñas sobre el cristal. Un sonido que le hizo estremecerse.
FénixBludger114
-No se preocupen por mí- dijo Harry a Ron y Hermione con una voz que procuró que le saliera despreocupada. -Ya nos veremos en el banquete. Diviertanse.
Era la mañana del día de Halloween, y Harry vió con tristeza como Filch examinaba los rostros de cada uno de sus compañeros para impedir que nadie saliera sin permiso a Hogsmade. Harry no podía ir, pus su tío Vernon no le había firmado la autorización correspondiente. Al mnos, un poco de consolación tenía la saber que Ron y Hermione le traerían dulces de Honeydukes.
-¿Te quedas aquí, Potter?- gritó Malfoy, que estaba esperando ser revisado por Filch, junto con Crabbe y Goyle. Malfoy seguía hablando, pero Harry ya había dado la espalda volviendo por las escaleras de mármol y los pasillos vacíos. Solo escuchó vagamente "atreves" y "dementores".
Después de decir la contraseña correcta, aunque a la señora Gorda no le hizo mucha gracia, pues estaba en un plácido sueño, dejo entrar a Harry a la acogedora sala compun de Gryffindor. Por motivos de celebración, algunas calabazas con velas dentro adornaban la habitación, se veían telarañas en paredes y techos, y pequeños murcielagos (claramente hechizados) revoloteaban de un lado a otro.
-¡Harry!¡Harry!Hola, Harry¡- lo saludaba Colin Creevey, un chico de un curso menor que él. Sentía veneración por Harry nunca perdía la oportunidad de hablar con él. -¿No vas a Hogsmade Harry? ¿Por qué no? ¿Eh?- Colin miró a sus amigos con interes -¡si quieres puedes venir a sentarte con nosotros!- Ginny Weasley se sonrojó con el simple hecho que Harry fuera a sentarse con ellos, y Romilda Vane, una chica de primero, sonrió a más no poder.
-No, gracias, Colin- dijo Harry, que no estaba de humor para ponerse delane de gente deseosa de contemplarle la cicatriz de la frente -Yo... he de ir a la biblioteca. Tengo trabajo- Harry dió la media vuelta y salió por el agujero del retrato.
-Bueno, chao... ya se fue- dijo Colin con tristeza. Suspiró y siguió hablando con sus compañeros.
-Entonces, mató a uno de sus mejores amigos- continuó Colin -¿Como se llamaba? ¿Pan Ky wood...?
-Pettigreww- corroboró Demelza -Mi padre asistió al juicio en contra de Black y me lo contó con todo detalle.
-Me contó que mató a 13 personas de un solo hechizo-
Ginny saltó un grito, y Colin mirí estupefacto.
-Espero que lo atrapen...- dijo en voz baja Romilda -Me entra pánico pensar que podría estar en el colegio en este momento-
-Mi padre dice que no hay lugar más seguro que Hogwarts -dijo Ginny- dudo que pase algo...-
Después de esto nadie dijo nada. Les aterraba la idea que uno de los secuaces mas fieles de Voldemort hubiera escapado de Askaban, y que, segun el profeta, su último avistamiento había sido cerca a Hogwarts.
-Los dementores lo atraparán tarde o temprano- aseguró Andrew Korke, compañero d egrado de Colin -Mi temor es que lo atrapen tarde... supongo que ya saben quien estará en su búsqueda...-
-¿Quién?- preguntó Demelza -¿Quién sería tan tono para ir en busca de Black?-
-Harry Potter- respondió Andrew con determinación. De pronto se escuchó un ruido en la ventana, y Ginny soltó un chillido.
-Solo es uno de estos pequeños murcielagos- asegurpo Jack Sloper, compañero de Andrew- no entiendo porque los gemelos Weasley traen cosas raras- dijo atrapando al murcielago en la palma de su mano.
-Harry Potter... no podemos negar que oculta algo- continuó Andrew- Además, siempre él busca los problemas...-
-La piedra filosofal, la cámara secreta...- contaba con los dedos Romilda, y miraba de reojo a Ginny cuando habló de la cámara secreta.
-No se olviden que coló en un auto para llegar a clases, o que luchó contra un troll hace exactamente dos años- añandió Andrew- Todo por buscar mas fama de la que ya tiene...-
-¡Él no busca los problemas, los problemas lo byscan a él!- aseguró Ginny, con las orejas rojas y el ceño fruncido- Si no fuera por él. yo...yo..-
-No creas que lo hizo por ti, Ginny- dijo Romilda- Harry lo hizo por todos, creo yo, por su amiga Grangerm por Colin...-Romilda buscó a Colin con la mirada.
-¿Donde está Colin?- preguntó Jack, pero Colin ya no se encontraba en la sala común.
Colin caminaba por los pasillos de Hogwarts, con su nueva cámara fotográfica mágica. Si lo qu decía Andrew era cierto, Harry ya estarpi investigando el paradero de Siruis. Necesitaba ayudar a Harry, él había destruido a la bestia de Slytherin que convirtió en piedra a mucha gente el curso pasado, incluyendolo a él. Debía devolverle el favor.
Entonces escuchó unos paso a su espalda, y se escondió detrás de una de las armaduras que adornaban el pasillo. El profesor Snape caminaba sigilosamente, con una copa humeante en su mano, y dobló en la esquina más próxima. Colin, despues de pensar las posibles consecuencias, decidió seguirlo.
Snape se detuco en el despacho de Lupin, y dio tres golpes espaciados.
-Adelante- dijo Lupin.
Snape abrió la puerta, y Colin ya no podía ver nada más que la cola de la túnica de Snape. Instintivamente, sacó de su bolsillo una pluma de color azul eléctrico, y un pergamino que empezó a flotar en el aire.
Snape regresó a la oficina, y Colun caminó sigilosamente por detrás y colocó suspendidos en el aire la pluma y el pergamino por encima de la puerta, de modo que casi nadie pudiera verla. La pluma empezó a deslizarse sobre el pergamino, y Colum sonrió traviesamente. Corrió para la esquina del pasillo y se escondió para ver que sucedía. Al minuto salió Snape del despacho, con una vista recelosa sin sonreír. Esperó que se perdiese por el pasillo y volvió a salir a recoger el vuela pluma. Estiró su brazo para recogerlo, pero la pluma seguía escribiendo. Extrañado volvió a esconderse, esperando a que saliera otra persona. Harry salió después de unos minutos dirigiéndose al Gran Comder.
- Ya debe ser la hora de la cena de Halloween – pensó Colum, pero en su cabeza algo mas importante lo ocupaba… ¿Qué hará Harry, Snape y Lupin en ese depsacho?
Colin se levanto y fue alcanr al vuela pluma, que ya había dejado de escribir. Lo agarro y se puso a leer
- Grindylow… caldero… en ¿pocion?¿para Lupin? – leia Colin, pero se detuvo cuando leyó que posiblemente Snape intentase envenenar a el nuevo profesor de defensa contra las artes osucras. Es bien sabido que Snape anhela ese puesto desde hace mucho tiempo, pero llegar a envenenarlo…
- ¡Colin! – preguntó Lupin - ¿Qué haces aquí? – Lupin había salido de su despacho, y lo miraba diligentemente. Lupin era el único que llamaba a sus alumno por su nombre
- Profesor, yo… - empezó a hablar Colin, poniéndose de color blanco, y evitando que su vuela pluma se pusiera a esciribir – este… yo… quería preguntarle que es un gryndilow – terminó de decir, sin explicarse como había salido eso de su boca
- ¿Un grindylow? – se sorprendió Lupin - ¿Y vienes el dia de Halloween a preguntarme eso? Que yo recuerde, no les he dejado ningún deber sobre los grindilows
- Si, es que… lei un libro… y quería saber si usted me podría dar mas información sobre estos… seres…
Lupin no se veía del todo convencido, arqueó la ceja y se vieron mas notalbes las arrugas de su frente
- Bueno, si es ese el caso… - dijo Lupin – tengo un libro sobre Grindylow en la sala de los profesores. Si tanto es tu apuro, vamos ahora a recogerlo
- ¿Qué? – pregunto apresuradamente Colin, no pensaba que Lupin hubiera creido su mentira… - Bueno, no es tanto el apuro…
- Insisto – dijo Lupin – Además, quizá después me vaya olvidar a mi, o a ti, entregarte el libro. Me gusta que investigues por tu propia cuenta
Obligado y sin otra escapatoria, Colin siguió a Lupin a la sala de profesores, una estancia larga, con paneles de madera en las paredes y llena de sillones viejos y dispares. Al fondo de la habitació, había un viejo armario
- En ese armario está el libro, Colin – aseguro Lupin – Yo tengo que ir a hablar un momento con el directo. Solosaca el libro y cierra la puerta de la sala. Me lo devuelves cuando hayas terminado – Y Lupin abandonó la estancia, cerrando la puerta tras él.
Colin caminó hasta el fondo, sudando frío, y con la mirada fija en el armario. Giró la manija, pero el no jalaba la puerta: alguien la empujaba desde adentro. Del amario salió un hombre alto, con el pelo sucio y revuelto que le caía hasta los codos. Sus ojos brillaron en unas cuencas profundas y oscuras, su piel de cera estaba tan estirada sobre los huesos de la cara que parecía una calavera y poseía unos dientes amarillos. Era Sirius Black.
Colin no lo podía creer, el asesino que había decidido encontrar por ayudar a Harry, estaba en frente suyo. Sin embargo, no sabía que hacer en estos momentos. ¿Qué podía hacer él ante el criminal mas peligroso de todos? Sus ojos se habían salido de sus orbitas, y un gran beloreo lo afectaba de pies a cabeza, que, al dar un paso atrás, se cayo ruidosamente. Sirius extendió su brazo para alcanzar a Colin, y ya se había resignado a morir. Nunca debió espiar a Harry y a Snape, nunca debió mentirle a Lupin… Cerró sus ojos y esperó lo inimaginable.
De pronto s eescuchó un ruido gracioso, aunque en ese momento a Colin no le dio mucha gracia. Abrió sus ojos, y solo vió un globo desinflándose y moviéndose por el aula. Sirius ya no estaba
- Muy bien, Colin, ¿Ya aprendiste? – dijo Lupin
- Pro… pro… ¿profesor? – se sorprendió Colin - ¿Qué hace usted aquí?
- Enseñandote como derrotar a un boggart. Por desgracia no has aprendido como ganarle – se lamentó Lupin – Pero creo que aprendiste algo mas valioso, ¿no?
- El no escuchar conversaciones ajenas… y el no mentir, ¿no?
- Excatamente – dijo Lupin, sonriendo, con una cálida mirada – es la última vez que veo que te pones a espiar. Ya vete. No quiero que llegues tarde a la cena
Colin se levanto apresuradamente, intentando no mirar otra vez el baúl, pues su corazón aun latia mas rápido de lo normal
- Ah, y Colin – lo llamo Lupin
- ¿Si, profesor?
- Feliz Halloween
Era la mañana del día de Halloween, y Harry vió con tristeza como Filch examinaba los rostros de cada uno de sus compañeros para impedir que nadie saliera sin permiso a Hogsmade. Harry no podía ir, pus su tío Vernon no le había firmado la autorización correspondiente. Al mnos, un poco de consolación tenía la saber que Ron y Hermione le traerían dulces de Honeydukes.
-¿Te quedas aquí, Potter?- gritó Malfoy, que estaba esperando ser revisado por Filch, junto con Crabbe y Goyle. Malfoy seguía hablando, pero Harry ya había dado la espalda volviendo por las escaleras de mármol y los pasillos vacíos. Solo escuchó vagamente "atreves" y "dementores".
Después de decir la contraseña correcta, aunque a la señora Gorda no le hizo mucha gracia, pues estaba en un plácido sueño, dejo entrar a Harry a la acogedora sala compun de Gryffindor. Por motivos de celebración, algunas calabazas con velas dentro adornaban la habitación, se veían telarañas en paredes y techos, y pequeños murcielagos (claramente hechizados) revoloteaban de un lado a otro.
-¡Harry!¡Harry!Hola, Harry¡- lo saludaba Colin Creevey, un chico de un curso menor que él. Sentía veneración por Harry nunca perdía la oportunidad de hablar con él. -¿No vas a Hogsmade Harry? ¿Por qué no? ¿Eh?- Colin miró a sus amigos con interes -¡si quieres puedes venir a sentarte con nosotros!- Ginny Weasley se sonrojó con el simple hecho que Harry fuera a sentarse con ellos, y Romilda Vane, una chica de primero, sonrió a más no poder.
-No, gracias, Colin- dijo Harry, que no estaba de humor para ponerse delane de gente deseosa de contemplarle la cicatriz de la frente -Yo... he de ir a la biblioteca. Tengo trabajo- Harry dió la media vuelta y salió por el agujero del retrato.
-Bueno, chao... ya se fue- dijo Colin con tristeza. Suspiró y siguió hablando con sus compañeros.
-Entonces, mató a uno de sus mejores amigos- continuó Colin -¿Como se llamaba? ¿Pan Ky wood...?
-Pettigreww- corroboró Demelza -Mi padre asistió al juicio en contra de Black y me lo contó con todo detalle.
-Me contó que mató a 13 personas de un solo hechizo-
Ginny saltó un grito, y Colin mirí estupefacto.
-Espero que lo atrapen...- dijo en voz baja Romilda -Me entra pánico pensar que podría estar en el colegio en este momento-
-Mi padre dice que no hay lugar más seguro que Hogwarts -dijo Ginny- dudo que pase algo...-
Después de esto nadie dijo nada. Les aterraba la idea que uno de los secuaces mas fieles de Voldemort hubiera escapado de Askaban, y que, segun el profeta, su último avistamiento había sido cerca a Hogwarts.
-Los dementores lo atraparán tarde o temprano- aseguró Andrew Korke, compañero d egrado de Colin -Mi temor es que lo atrapen tarde... supongo que ya saben quien estará en su búsqueda...-
-¿Quién?- preguntó Demelza -¿Quién sería tan tono para ir en busca de Black?-
-Harry Potter- respondió Andrew con determinación. De pronto se escuchó un ruido en la ventana, y Ginny soltó un chillido.
-Solo es uno de estos pequeños murcielagos- asegurpo Jack Sloper, compañero de Andrew- no entiendo porque los gemelos Weasley traen cosas raras- dijo atrapando al murcielago en la palma de su mano.
-Harry Potter... no podemos negar que oculta algo- continuó Andrew- Además, siempre él busca los problemas...-
-La piedra filosofal, la cámara secreta...- contaba con los dedos Romilda, y miraba de reojo a Ginny cuando habló de la cámara secreta.
-No se olviden que coló en un auto para llegar a clases, o que luchó contra un troll hace exactamente dos años- añandió Andrew- Todo por buscar mas fama de la que ya tiene...-
-¡Él no busca los problemas, los problemas lo byscan a él!- aseguró Ginny, con las orejas rojas y el ceño fruncido- Si no fuera por él. yo...yo..-
-No creas que lo hizo por ti, Ginny- dijo Romilda- Harry lo hizo por todos, creo yo, por su amiga Grangerm por Colin...-Romilda buscó a Colin con la mirada.
-¿Donde está Colin?- preguntó Jack, pero Colin ya no se encontraba en la sala común.
Colin caminaba por los pasillos de Hogwarts, con su nueva cámara fotográfica mágica. Si lo qu decía Andrew era cierto, Harry ya estarpi investigando el paradero de Siruis. Necesitaba ayudar a Harry, él había destruido a la bestia de Slytherin que convirtió en piedra a mucha gente el curso pasado, incluyendolo a él. Debía devolverle el favor.
Entonces escuchó unos paso a su espalda, y se escondió detrás de una de las armaduras que adornaban el pasillo. El profesor Snape caminaba sigilosamente, con una copa humeante en su mano, y dobló en la esquina más próxima. Colin, despues de pensar las posibles consecuencias, decidió seguirlo.
Snape se detuco en el despacho de Lupin, y dio tres golpes espaciados.
-Adelante- dijo Lupin.
Snape abrió la puerta, y Colin ya no podía ver nada más que la cola de la túnica de Snape. Instintivamente, sacó de su bolsillo una pluma de color azul eléctrico, y un pergamino que empezó a flotar en el aire.
Snape regresó a la oficina, y Colun caminó sigilosamente por detrás y colocó suspendidos en el aire la pluma y el pergamino por encima de la puerta, de modo que casi nadie pudiera verla. La pluma empezó a deslizarse sobre el pergamino, y Colum sonrió traviesamente. Corrió para la esquina del pasillo y se escondió para ver que sucedía. Al minuto salió Snape del despacho, con una vista recelosa sin sonreír. Esperó que se perdiese por el pasillo y volvió a salir a recoger el vuela pluma. Estiró su brazo para recogerlo, pero la pluma seguía escribiendo. Extrañado volvió a esconderse, esperando a que saliera otra persona. Harry salió después de unos minutos dirigiéndose al Gran Comder.
- Ya debe ser la hora de la cena de Halloween – pensó Colum, pero en su cabeza algo mas importante lo ocupaba… ¿Qué hará Harry, Snape y Lupin en ese depsacho?
Colin se levanto y fue alcanr al vuela pluma, que ya había dejado de escribir. Lo agarro y se puso a leer
- Grindylow… caldero… en ¿pocion?¿para Lupin? – leia Colin, pero se detuvo cuando leyó que posiblemente Snape intentase envenenar a el nuevo profesor de defensa contra las artes osucras. Es bien sabido que Snape anhela ese puesto desde hace mucho tiempo, pero llegar a envenenarlo…
- ¡Colin! – preguntó Lupin - ¿Qué haces aquí? – Lupin había salido de su despacho, y lo miraba diligentemente. Lupin era el único que llamaba a sus alumno por su nombre
- Profesor, yo… - empezó a hablar Colin, poniéndose de color blanco, y evitando que su vuela pluma se pusiera a esciribir – este… yo… quería preguntarle que es un gryndilow – terminó de decir, sin explicarse como había salido eso de su boca
- ¿Un grindylow? – se sorprendió Lupin - ¿Y vienes el dia de Halloween a preguntarme eso? Que yo recuerde, no les he dejado ningún deber sobre los grindilows
- Si, es que… lei un libro… y quería saber si usted me podría dar mas información sobre estos… seres…
Lupin no se veía del todo convencido, arqueó la ceja y se vieron mas notalbes las arrugas de su frente
- Bueno, si es ese el caso… - dijo Lupin – tengo un libro sobre Grindylow en la sala de los profesores. Si tanto es tu apuro, vamos ahora a recogerlo
- ¿Qué? – pregunto apresuradamente Colin, no pensaba que Lupin hubiera creido su mentira… - Bueno, no es tanto el apuro…
- Insisto – dijo Lupin – Además, quizá después me vaya olvidar a mi, o a ti, entregarte el libro. Me gusta que investigues por tu propia cuenta
Obligado y sin otra escapatoria, Colin siguió a Lupin a la sala de profesores, una estancia larga, con paneles de madera en las paredes y llena de sillones viejos y dispares. Al fondo de la habitació, había un viejo armario
- En ese armario está el libro, Colin – aseguro Lupin – Yo tengo que ir a hablar un momento con el directo. Solosaca el libro y cierra la puerta de la sala. Me lo devuelves cuando hayas terminado – Y Lupin abandonó la estancia, cerrando la puerta tras él.
Colin caminó hasta el fondo, sudando frío, y con la mirada fija en el armario. Giró la manija, pero el no jalaba la puerta: alguien la empujaba desde adentro. Del amario salió un hombre alto, con el pelo sucio y revuelto que le caía hasta los codos. Sus ojos brillaron en unas cuencas profundas y oscuras, su piel de cera estaba tan estirada sobre los huesos de la cara que parecía una calavera y poseía unos dientes amarillos. Era Sirius Black.
Colin no lo podía creer, el asesino que había decidido encontrar por ayudar a Harry, estaba en frente suyo. Sin embargo, no sabía que hacer en estos momentos. ¿Qué podía hacer él ante el criminal mas peligroso de todos? Sus ojos se habían salido de sus orbitas, y un gran beloreo lo afectaba de pies a cabeza, que, al dar un paso atrás, se cayo ruidosamente. Sirius extendió su brazo para alcanzar a Colin, y ya se había resignado a morir. Nunca debió espiar a Harry y a Snape, nunca debió mentirle a Lupin… Cerró sus ojos y esperó lo inimaginable.
De pronto s eescuchó un ruido gracioso, aunque en ese momento a Colin no le dio mucha gracia. Abrió sus ojos, y solo vió un globo desinflándose y moviéndose por el aula. Sirius ya no estaba
- Muy bien, Colin, ¿Ya aprendiste? – dijo Lupin
- Pro… pro… ¿profesor? – se sorprendió Colin - ¿Qué hace usted aquí?
- Enseñandote como derrotar a un boggart. Por desgracia no has aprendido como ganarle – se lamentó Lupin – Pero creo que aprendiste algo mas valioso, ¿no?
- El no escuchar conversaciones ajenas… y el no mentir, ¿no?
- Excatamente – dijo Lupin, sonriendo, con una cálida mirada – es la última vez que veo que te pones a espiar. Ya vete. No quiero que llegues tarde a la cena
Colin se levanto apresuradamente, intentando no mirar otra vez el baúl, pues su corazón aun latia mas rápido de lo normal
- Ah, y Colin – lo llamo Lupin
- ¿Si, profesor?
- Feliz Halloween
Votaciones y ganadores
Resultado de las votaciones:
Ganadoras:
1er Premio: LoboPlata7672
Tendrá el rango de ganador con una insignia o icono temporalmente.
Una firma que señalará el puesto obtenido en el concurso.
Tendrá la opción de dar la puntuación de 4, además de las otras, en el próximo concurso.
Los votantes del concurso comentarán su próximo fic.
2º Premio: BladeFénix3435 y CapaMist29667
Una firma que señalará su lugar en el concurso.
Los votantes del concurso comentarán su próximo fic.
3º Premio: PlataGlow58
Los votantes del concurso comentarán su próximo fic.
- LoboPlata7672: 14
- PlataGlow58: 8
- RunaDragón19200: 7
- CatSky4055: 4
- CapaMist29667: 12
- BladeFénix3435: 12
- FénixBludger114: 3
Ganadoras:
1er Premio: LoboPlata7672
Tendrá el rango de ganador con una insignia o icono temporalmente.
Una firma que señalará el puesto obtenido en el concurso.
Tendrá la opción de dar la puntuación de 4, además de las otras, en el próximo concurso.
Los votantes del concurso comentarán su próximo fic.
2º Premio: BladeFénix3435 y CapaMist29667
Una firma que señalará su lugar en el concurso.
Los votantes del concurso comentarán su próximo fic.
3º Premio: PlataGlow58
Los votantes del concurso comentarán su próximo fic.
3º Concurso de FanFics - Halloween 2013
3º Concurso de FanFics: Halloween 2013
- El tema central es la celebración de HALLOWEEN.
- La temática que se enfoque debe estar inclinada al terror.
- Deben aparecer personajes, escenarios o algo relacionado con la historia de Harry Potter.
- Solo se puede presentar un escrito por persona.
- Un factor importante a tener en cuenta será la ortografía.
- Los relatos no pueden superar las 5 carillas de extensión.
- Debe ser apto para menores de edad, quedando por lo tanto prohibido cualquier contenido racista, sexual, gore o de cualquier tipo que pueda herir a la sensibilidad de cualquier persona.
- Los que quieran presentar sus escritos, deberán enviármelos por MP a mí (DraconisChispas54), antes de que finalice el plazo de presentación. No hay que "anotarse"; simplemente participará quienes manden los escritos en el plazo marcado.
- Todos aquellos que participen se verán obligados a votar, quedando descalificado aquel que no lo haga. (En caso de no poder por razones de fuerza mayor avisadme previamente vía MP y se hace una excepción).
- Plazo de presentación: Hasta el 28 de Octubre a la media noche, horario de España.
- Plazo de votaciones: Desde que finaliza el plazo de presentación hasta la medianoche del 30 de Octubre, horario de España.
- Las puntuaciones que se pueden dar serán las de 3, 2 y 1 punto a vuestros 3 escritos favoritos. Ganará aquel que al final
de la votación tenga más puntos. Se debe argumentar cada voto, si no, no se tomará en cuenta. Los que participan tienen prohibido votarse a sí mismos.
*** Tras contar con solamente dos participantes, se hizo una modificación en las reglas:
- Los participantes no pueden votar. Es tan absurdo el hecho de que se voten a sí mismos, como de prohibirles votarse a sí mismos.
- Las votaciones permanecerán abiertas hasta la medianoche del 31 de octubre, hora española.
- Se dará un solo voto por persona, el cual irá destinado al escrito que consideréis mejor. Es obligatorio argumentarlo; si no, no se tomará en cuenta.
Participantes:
- unicornscale122:
- Aquella noche era especial. Oscura, tenebrosa y llena de misterio; era Halloween. Los carruajes marchaban a toda prisa, los alumnos tarareaban esa canción y la lluvia caía vigorosamente sobre los charcos. Todo estaba abarrotado de calabazas de todos los tamaños, cantando estas también al son de la música. Había luna llena. El cielo estaba cerrado y los relámpagos resonaban en las ventanas de Hogwarts. Todo indicaba perfección para el festejo.La terrorífica noche de Halloween
Los alumnos se hallaban en el Gran Comedor, todos reunidos. Mientras Dumbledore les dirigía algunas palabras a los recién llegados los de los demás cursos aguardaban ansiosos el banquete. Josh se entretenía observando el canto de las calabazas, los dos años que había pasado allí habían sido iguales; las palabras del director el primer día, las clases, las fiestas y el fin del año. No hubo ningún cambio hasta ahora, esperaba que esta vez algo cambiase, aunque sabía que habría algo nuevo, Kayla le había avisado de que este año les permitirían ir a Hogsmeade. De todas formas esta noche había quedado con unos amigos para celebrar este día. Él no tenía ganas además de que no le encantaba la idea de saltarse las normas pero sus amigos habían insistido en que fuera, decían que sería divertido y que lo pasarían bien. Hasta que acabó aceptando, no tenía nada mejor que hacer, si no qué haría esta noche ¿vagar solo por el colegio? No era un chico rebelde pero tampoco era inflexible.
Después de un largo discurso por parte del director al fin les sirvieron la cena. El castaño se sirvió y comenzó a cenar con ansia. No había comido nada desde el almuerzo y su estómago ya empezaba a protestar. Más bien lo engulló todo rápido y fue a encontrase con los demás que aún no había acabado. Se acercó a la mesa Slytherin y le habló a una chica de cabello corto y negro.
- ¿Aún sigues comiendo? - Preguntó alzando una ceja.
La morena que estaba vuelta se giró al oírlo. - Por lo que veo decidiste venir. - Sonrío, ignorando su pregunta.
Los demás se acercaron a aquella mesa, al verlos ya reunidos allí. - ¡Hey! - Uno de ellos le golpeó la espalda, sonriendo. - Qué bien lo vamos a pasar esta noche. - Dijo refiriéndose a su presencia en la fiesta.
El chico se encogió de hombros. - Supongo. - Zanjó sin mucha convicción.
Al instante el rubio se dirigió a la entrada, diciéndole algo antes de irse. - Te esperamos donde sabes, intenta pasar desapercibido. - Le recordó.
El Gran Comedor aún estaba abarrotado de gente cuando estos salieron. No esperaron a que hubiera más gente fuera, de ser así les sería más difícil salir a los terrenos. Aprovecharon mientras que los profesores estaban retenidos dentro. Lo más seguro es que hubiese vigilancia pero lograrían despistarlos. No era la primera ni la última vez que saldrían sin permiso.
- ¿En serio queréis pasar la noche en el Bosque Prohibido? - Preguntó de repente con tono de incredulidad.
Kayla lo miró rápidamente. - ¿Tú no? - Dijo con sarcasmo.
Josh suspiró. - Iré con vosotros pero no me pienso quedar. - Alzó los brazos al torcer los labios y adelantarse.
Esta lo siguió. - No tengo nada mejor qué hacer ¿vale? - Alzó las cejas. Era consciente de que realmente no le agradaba la idea de dormir en un bosque y menos cuando hace nada llovía. Era una locura, pero le gustaba correr riesgos.
El castaño la miró de reojo. - Entonces no me negarás una visita a la Casa de los Gritos ¿cierto? - Sonrió con una ceja alzada, mirándola de reojo.
La chica sonrió maligna. - No estaría mal. - Concluyó, dirigiéndose hacia el puente que daba a la salida.
El viento empezó a soplar, bramaba con potencia. A pesar de que la lluvia había cesado los relámpagos no paraban de combatir con sus enormes estruendos. Los chicos ya habían logrado salir fuera de la entrada, donde se reunieron con los demás.
- ¡Al fin! - Dijo una chica de cabello rubio y rizado. - ¿Tanto os ha costado pasar la vigilancia?
Todos los demás los observaron y se giraron camino hacia el bosque; ya habían esperado demasiado. Había dos chicos y una chica a parte de ellos dos. Parecían muy seguros de entrar a allí, lo que a Josh le parecía muy extraño, sabía de sobra que todos eran unos cobardes que querían pasarse de valientes. Presentía que en cuanto entraran saldrían. Aunque de todas formas se quedó para verlo.
Ignorando la pregunta de la chica siguió a los demás que parecían tener prisa. - ¿Seguro que no os asustaréis? - Se atrevió a preguntar casi burlándose.
Estos hicieron caso omiso a sus palabras y entraron al bosque ansiosos de pasar una noche terrorífica de Halloween. Todos entraron seguidos de los chicos. - ¿Y bien? Caminemos, demos un paseo, seguro que será divertido. - Rió la chica rubia al salir corriendo con los otros dos. Ellos aceptaron en seguida y Josh y Kayla no tuvieron otra opción que aceptar también.
Llevaban ya un rato caminando y no había pasado nada increíble de contar para esa noche, a exclusión de los gritos y tonterías que decía la chica de cabellos rizados. Y de los teatros de los otros dos. Parecía que todo empezaba a calmarse, probablemente sería porque se adentraron tanto en el bosque que hasta insonorizaba a los demás ruidos de la noche. De repente todo pintaba silencioso, a tal punto que empezaron a asustarse, sobre todo los dos chicos que iban juntos. - Venga ya, ¿no me diréis que le tenéis miedo al silencio? - Se burló la morena.
Ellos rieron. - Ni de broma, todos sabemos los que estáis asustados aquí. - Mintió uno de ellos con una indirecta.
Al momento les pareció oír unos pasos, que por el gran silencio parecían más bien unos unas grandes pisadas bastante rápidas y ágiles. Todos se agitaron al oírlo. Se mantuvieron en silencio y siguieron adelante. Los dos chicos primeros iban aterrorizados, estaban temblando. - Seguro que fue un animal. - Dijo la rubia intentando convencerse.
Cuando todos parecían haberse calmado un poco un renovado ruido los espantó.
- Ya está, me encantó el paseo pero deberíamos volver, se está haciendo tarde. - Se precipitó en decir el más bajito de los dos que iban primeros.
En una situación normal Josh se hubiese burlado de este pero esta vez el temor lo asaltaba también a él. En cambio Kayla permanecía callada a su lado, incluso no parecía nada asustada, su esencia era inalterable, a veces se preguntaba qué era lo que la hacía ser una Slytherin. - ¿No estás asustada? - Le dijo en un murmullo.
- ¿Debería estarlo? - Alzó una ceja al mirarlo.
Josh sonrió, se sentía más tranquilo ahora que sabía que no todos los que había allí estaban sumergidos en el terror.
Continuaban andando y hablando hasta que de nuevo el silencio se hizo con el lugar. El más bajito pisó una rama que chirrió. - ¡¿Qué fue eso?! - Se asustó el otro.
Este comenzó a reír burlándose de su amigo. - Solo fue una ramita. - Rió nuevamente.
Los otros tres se mantenían alejados, viendo como cada vez se asustaban más. Entonces las risas se cortaron en seco; un aullido los dejó pálidos y los estremeció. La rubia y los otros dos salieron corriendo despavoridos, atemorizados. Antes de poder irse algo los detuvo; el cuerpo de un animal desgarrado cayó de arriba de un árbol, era un ciervo. Josh y Kayla abrieron los ojos de par en par; ahora sí tenían miedo de verdad. Los otros tres casi se desmayan al ver el cadáver del animal, tanto que no les dio tiempo a pensar, solo optaron por huir gritando, sumergidos en un inmenso pavor que no los dejaba coordinar los sentidos. - ¡¿A dónde creéis que vais, desgraciados?! - Le gritó la morena al verlos huir dejándolos allí. Tenían el cadáver del animal delante, taponándoles el paso y no les apetecía adentrarse más, por lo que se quedaron allí paralizados, no sabían qué hacer, no querían creer que estaba pasando.
Pudieron vislumbrar como los demás desaparecieron entre los árboles de más adelante. No podía creerlo, ¿de verdad se habían topado con un hombre lobo? Por lo que sabía no había hombres lobo sueltos por Hogwarts.
La chica lo agarró de la mano y lo obligó a saltar el cuerpo del animal, haciendo que corriese pero entonces una figura apareció de detrás de un matorral, cortándoles el paso. Era enorme y caminaba sobre dos patas, su cuerpo era esquelético y su hocico alargado. Sus manos estaban manchadas de sangre y de su boca caían restos de sangre del animal. Pero lo que más lo aterrorizó fueron sus brillantes ojos dorados que lo miraban. Ahí el pánico se apoderó de él y este se deshizo de la mano de Kayla, al correr hacia atrás. Había comprendido que era cierto; era un hombre lobo. Este aulló nuevamente mirando la luna, la chica se pegó contra el árbol más cercano y acto seguido el hombre lobo salió corriendo detrás del chico, a una velocidad inaudita. Josh vio como la chica se quedó lejos y comprendió que huiría como los demás, a pesar de todo se supone que los Slytherin tienen su vida como primera opción. Ya parecía haber descubierto qué era lo que la hacía serlo. No le dio tiempo a pensar nada más cuando el hombre lobo lo tiró al suelo y lo mordió, iba a desgarrarlo y el chico ya había asimilado que moriría allí, por una tontería de ir al Bosque Prohibido sin permiso, claro, ahora comprendía, por algo estaba prohibido, no entendía cómo se pudo dejar convencer por sus amigos. Sus garras ya casi estaban en su garganta cuando de repente salió disparado por los aires, entre los árboles.
- ¡Expulso! - Gritó la chica apuntándolo con su varita, haciendo que volara.
Josh no tuvo tiempo de ver nada más, el mordisco que le había propinado no parecía ser mortal pero si una grave herida que lo dejaría inconsciente. Este vio como Kayla se agachaba a su lado y poco después su vista desfalleció y sus ojos se cerraron; se había quedado inconsciente. Lo último que vio fue la cara de Kayla agachada a su lado, al fin y al cabo no lo había abandonado.
El chico abrió los ojos, estaba sudando y respirando intranquilo. Miró a su alrededor y vislumbró la habitación Hufflepuff; su casa. En seguida escuchó gritos abajo. - ¡Qué bien! ¡Esta noche es Halloween! - Resonó la voz aguda de una chica. Josh suspiró y su pulso bajó rápidamente; comprendió que todo había sido una larga pesadilla. - Qué estupidez. - Sonrió. - ¿Hombres lobo en Hogwarts? - Rió solo al decirlo. Al instante se tocó el hombro para deshacerse del sudor que aún le corría, su rostro se tornó pálido y velozmente se miró en un espejo; tenía un mordisco de hombre lobo en el hombro.
- roblemurciélago172:
- El renacer del mal (Especial de Halloween con los Potter)
Con un suspiro largo se apoyó en el marco de la puerta contemplando la habitación vacía de su hija, hacia casi ya dos meses que ella se había ido también, ahora eran solo Ginny y él.
James, Albus, y Lily estudiaban en Hogwarts, aunque eso no podía hacerlo más feliz, los extrañaba. La casa que compitieran toda su vida se encontraba callada, normalmente en las noches solía recorrer las habitaciones de sus hijos como lo había hecho toda la vida al desearles felices sueños.
Un suave apretón en el brazo lo hizo salir de sus pensamientos, abrazo a la pelirroja que lo miraba con una ceja alzada y le beso la frente.
- ¿Se siente raro no? – le dijo Ginny.
- Más que raro – contesto el – extraño sus gritos más que nada en el mundo.
Ginny lo abrazo fuerte y lo atrajo hacia ella para besarlo.
- Yo también – le dijo Ginny – Bueno a veces – dijo haciéndolo reír.
- Primer Halloween sin ellos – dijo
- Si, por fin un Halloween tranquilo, después de los últimos tres.
- No estuvieron tal mal – dijo riendo.
- ¿Entonces estas seguro que no quieres hacer nada este año? – Le pregunto por millonésima vez Ginny.
- Sí, no tendrá caso, ese día tendré una reunión con Kingsley hasta tarde, los niños no estarán, ni siquiera Ted podrá venir con todo y los cursos para auror, al parecer el lunes tiene un examen de algo – dijo algo desanimado, hacía mucho que tampoco veía a su ahijado.
- Bueno pues entonces yo me iré donde Hermione, como Ron esta fuera del país le iré a hacer compañía, estaré de vuelta para cuando vuelvas.
- Bien – dijo Harry y abrazo a su mujer y se fueron a acostar.
La madrugada del 31 de Octubre de 2019 amaneció nublada y con promesa de lluvia, un fuerte viento mecía los árboles en el jardín haciendo que las ventanas sornaran.
Harry se despertó algo agitado, tomo la varita que mantenía siempre a su alcance y se enderezo en la cama, escruto la oscuridad del cuarto con la varita alzada, Ginny se despertó a su lado y lo miro medio dormida.
- ¿Qué haces? – le pregunto.
- Sentí ruidos – dijo.
- Es solo el viento – dijo su esposa y volvió a apoyar la cabeza en la almohada.
Harry se quedó un segundo más escrutando la habitación, aun con el ceño fruncido volvió a acostarse, pero no pudo conciliar el sueño seguro que algo había escuchado.
En la mañana la tormenta se había intensificado, una lluvia fina pero tupida se dejaba caer en toda la región. Harry se puso la chaqueta y salió a la entrada, miro hacia fuera y se devolvió.
- ¿Qué paso? - Le dijo Ginny.
- Mejor que apareceré en la oficina, el clima está muy malo como para ir en la moto, terminare empapado.
- ¿Enserio? – dijo burlona Ginny – ¿El gran Harry Potter le teme a un poquito de agua? – la pelirroja rodo los ojos y saco su varita – Impervius – dijo apuntando a su marido – ¿de verdad te haces llamar un mago?
Harry le sonrió a su esposa y la beso antes de salir al garaje, se montó en la moto y la echo andar – “bueno al menos con este clima será difícil que los muggles me vean volando, no será necesario hacerla invisible ni nada” – pensó algo más animado. Salió de la casa y tomo la avenida en dirección a Londres, al llegar a la esquina de su casa una persona con un impermeable negro, con un cabello largo y enmarañado lo miraba, el corazón de Harry dio un vuelco, detuvo la moto de golpe y se giró para verlo de nuevo, el oscuro ser lo miraba aun y se reía abiertamente, un rayo ilumino todo el lugar Harry cerro los ojos por la luz y al abrirlos la persona había desaparecido.
Con el corazón acelerado se quedó parado ahi en la lluvia tratando de aclarar sus ideas “no pudo haber sido ella, llevaba muerta más de 20 años” se dijo tratando de auto convencerse. Seguro de que solo había sido una ilusión retomo su camino.
No pudo decir que fue un día normal en la oficina, su mente seguía yendo a aquella figura en la lluvia, por más que intentara apartarla volvía una y otra vez y como si fuera un rito cada vez que la figura se le venía a la mente él se tocaba la cicatriz y escuchaba su risa como si ella estuviera ahí, se repetía una y otra vez que era imposible, la había visto morir, pero y si…
Entonces una frase le vino a la mente – “Yo aprendí las artes oscuras de él” podría ser que ella… “no, no” se reprendió mentalmente, solo estaba divagando, debió solo ser algún vagabundo y nada más.
Luego de su reunión con el ministro Harry se encamino hacia la salida, la lluvia había parado hacia unas horas dejando tras de sí un aire frio y un cielo semi nublado. Entumecido tomo la carretera hacia su casa al cabo de rato tomo la desviación hacia los suburbios, doblo la esquina y llego a la calle donde se encontraba su casa. El corazón se le detuvo.
Sobre la hermosa casa de ladrillos, con un gran jardín de un verde desordenado brillaba la imagen que hacía 20 años no veía, la calavera parecía sonreírle y la serpiente parecía que lo iba a tragar-
Mientras corría hacia la casa Harry recordó lo que le había dicho tantos años atrás el señor Weasley – La marca tenebrosa solo aparecía sobre un edificio donde los mortifagos hubieran asesinado, cuando la veías sobre tu casa sabias lo que te ibas a encontrar – corrió más rápido.
La puerta del jardín estaba abierta, penetro por ella sin detenerse y ni se fijó que la puerta de su casa había sido reducida a astillas.
-¡NOOOOOOOOOOOOOO! – Grito nada más entrar– ¡HERMIONE! ¡HERMIONE! ¡ROOOOONNNN! ¡NOOOOOOOOOOOOO!
Corrió hacia sus amigos que yacían en la escalera abrazados y cubiertos de sangre, los remeció gritando sus nombres pero ellos no reaccionaban.
- ¡Ginny, Ginny! – dijo parándose - ¡GINNY! – grito corriendo de habitación en habitación – Ginny – dijo con voz tomada y destruyéndosele el alma.
Su esposa estaba suspendida de la pared con cortes en el cuerpo y la mirada perdida en el horizonte totalmente ausente de vida
- ¡NO! ¡NO! ¡NO! ¡NO! ¡NO! – grito Harry bajando a su esposa y apretándola contra su cara surcada en lágrimas.
- ¡Oh el pequeño Potter ha llegado a jugar!– dijo la voz de Bellatrix Lestrange tras él.
Harry la miro horrorizado ¿como podía ser? ¿como pudo ella hacer todo esto? Antes de decidiera pararse ella lo desarmo y le lanzo un crucio.
- Por tu culpa por años fui menos que nada – dijo la bruja – por tu culpa lo perdí a él, solo espere la oportunidad de quitarte todo, todo – dijo mientras señalaba a la esquina donde los tres pequeños cuerpos de su hijos y Teddy yacían sin vida.
- ¡MATAME! ¡MATAME! ¡MATAME! – gritaba Harry llorando a gritos, ya no soportaba más el dolor.
- ¡Oh! Es lo que hare – dijo la bruja con placer – ¡Avada Kedavra!
La luz verde lo envolvió todo.
- ¡Harry! ¡Harry! Cariño despierta, se te hace tarde , vamos flojito arriba–
La voz de Ginny le llegaba desde lejos, como si él se encontraba en lo profundo de un pozo, de un salto se levantó, tomo su varita y corrió por la casa buscando a Bellatrix, cuando la recorrió de punta a cabo se convenció de que todo había sido una pesadilla, una terrible pesadilla.
- Ginny – le dijo Harry - llámalos a todos.
- ¿A todos quienes? -Dijo la pelirroja sin entender.
- A todo el mundo Ginny, a todo el mundo, haremos una fiesta de Halloween, debemos hacerla, debemos aprovechar y festejar de que estamos todos vivos – dijo miestras la atraía y abrazaba a su confundida esposa.
Resultado de las votaciones:
- UnicornScale122: 3
- RobleMurciélago172: 1
Ganadora:
UnicornScale122: podrá elegir entre avatar y firma, un dibujo, o un fondo de pantalla. Además, será publicitada en la marquesina.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 23 Sep 2020 - 23:25 por CapaFantasma22426
» Hola Again
Miér 13 Mayo 2020 - 12:14 por TritónMedianoche10018
» Ayuda para arreglos
Lun 23 Dic 2019 - 20:55 por TritónMedianoche10018
» Once Upon a Time (Érase una vez)
Sáb 23 Dic 2017 - 23:00 por RunaHielo11859
» American Horror Story
Sáb 23 Dic 2017 - 22:52 por RunaHielo11859
» Serie: Stranger Things
Sáb 23 Dic 2017 - 22:48 por RunaHielo11859
» Películas de temática homosexual.
Sáb 16 Dic 2017 - 16:05 por TritónMedianoche10018
» Ultimas idas al cine!!!
Sáb 16 Dic 2017 - 14:57 por RunaHielo11859
» La mejor serie actual
Sáb 16 Dic 2017 - 13:53 por RunaHielo11859